Mal de bajura

Gran Vía

Se bajó del carro, nos abrazamos y salió con destino a Roma. Aunque formalmente terminó el 15 de octubre en Quito, realmente el ciclo finalizó en Murcia cinco días después, a las puertas de la delegación del Gobierno, tras el programa radial de los sábados. Con el abrazo se puso punto final a un tiempo que nunca acaba porque siempre estará ahí y porque cada día sucede algo o se produce un encuentro que me regresa a Ecuador. Un día es Andrea en Ávila, otro es Manuela desde Quito, Sandra, Jose, Tocha, Roberto, Esteban de escala en Madrid, Túpac recordado por gente de Bilbao, Sebastián, Carlos, Jeannette, Alberto en repetidas conversaciones… un energúmeno de Barcelona que golpea salvajemente a una chica en el metro… Y de esta manera, intento aclimatarme al nuevo espacio. La altitud de Quito no me afectaba, pero mi tensión sí sufre de vez en cuando por el nivel del mar. Redescubro las monedas de euro. Intento recordar cómo se saluda [¿Dos besos? ¿Besos sólo al comienzo o también al final? ¿Apretón de manos? ¿Sólo de saludo o también de despedida? No lo sé aún, la verdad]. No sé las tarifas de la telefonía celular. Ya casi no digo '¡chuta!', pero de vez en cuando…Y desde la cafetería de Callao veo de nuevo la Gran Vía que observé el 10 de abril cuando comenzó todo. ¡Ah! He recuperado mi número de teléfono móvil [+34 607 200 965], pero no el aparato, así que muchos contactos los he perdido :(