Cuidado con lo que miras

Aviso por adelantado. Finalmente he conseguido la imagen de una de las dos —sí, ya son dos— serpientes con las que comparto vivienda. Ha costado bastante —las imágenes no son buenas por eso— porque son tímidas y asustadizas estas 'serpientes del maíz' tan simpáticas. Las buenas noticias llegaron el sábado cuando la amiga decidió reaparecer. En realidad, apenas se había desplazado un metro de su jaula de cristal y estaba en el mueble de la sala. De este modo, pudo regresar al cautiverio, esta vez con compañía, porque ha llegado una pareja para ella. La mala noticia es la advertencia que hacen en Internet. Sí, NO son venenosas y, enroscadas, caben en la plama de la mano, pero les encanta la fuga: "Una serpiente que quiere salir puede empujar contra la tapa o el cristal hasta que encuentre una apertura bastante grande para su cabeza; donde vaya su cabeza va su cuerpo. Algunas serpientes frotarán constantemente su nariz contra la tapa del terrario en un esfuerzo de encontrar una salida", dice Wikipedia. Y Mascotas y Hogar lo confirma: "Los reptiles tienen una gran facilidad para mover objetos. Son capaces de desplazar una pantalla de vidrio o de madera y, por ello, la tapa del terrario tiene que ser lo suficientemente resistente como para que no pueda huir". Sobre las cabezas de las compañeras, una tela doble atada con alambre debe garantizar que no vuelvas a escapar, aunque vistas sus habilidades…