Pregunta surrealista

"Jose. Ya sé que es una pregunta surrealista, pero ¿no habrás visto una serpiente? Es que se me escapó anoche". Es una forma estimulante de comenzar el día. El compañero del apartamento había comentado hace algunas semanas que le gustaría tener una serpiente, pero la cosa sólo parecía un deseo. Sin embargo, se ha hecho realidad, aunque sólo haya sido por unas horas. Finalmente, ayer tuvo su serpiente. "Es pequeña. Tiene el grosor de medio dedo —me cuenta señalando su dedo índice— y una longitud de unos 40 centímetros. En un año podrá llegar a metro y medio". Lo que me dice es cada vez más tranquilizador. Me había hecho a la idea, inicialmente, que sería algo realmente 'pequeño', como un palmo, pero va a ser algo más. "Esta tarde tenía previsto traer un macho para esta hembra". Claro, siempre es mejor la compañía. "No te preocupes, no tiene dientes ni es venenosa". Bueno, no puede ser tan malo. Eso sí, parece que la serpiente no es precisamente hervíbora. En un envase se mueve una cría de ratón —o similar— que es el alimento ¡vivo! de este reptil. "Puede estar en cualquier sitio. Busca el calor y la humedad. Puedes encontralo encima de un armario —pienso en ese momento si puede colarse en la cama— o dentro del calzado". Veremos cómo acaba la historia.