Radio comunitaria

En la Radio Patio de mi comunidad cuentan que una de mis vecinas comerá este domingo macarrones. La otra responde que ella ha cocinado lentejas y carne guisada. "¿Y de segundo?", pregunta la última. "Muslos de pollo". "¿Cómo los prepara usté?". "¿Te quedarás a comer con la abuela?", le dice a la nieta de una de ellas, que también participa hoy en el 'programa' retransmitido en directo para las 16 familias con ventanas a este patio de luces, muy de sol y sombra esta mañana —unos ratos sol y otros sombra—. Gracias a las vecinas alcanzo a saber desde la cama, sin abrir los ojos, la información meteorológica: anoche llovió y mojó la ropa tendida —también la mía—, pero esta mañana, gracias al clima de esta meseta castellana, tenemos la colada seca. Menos mal.
La sección gastronómica es una de las más potentes en Radio Patio. Es fácil aprender cocina tradicional. Un día de estos os cuento cómo prepara los pestiños la señora de enfrente. Ella dice que le salen muy ricos y sé que los comparte con la comunidad, que agradece mucho el gesto y que trae nuevas recetas y variaciones de platos ya conocidos, gracias a los viajes al pueblo. Este año, con el invierno tan frío y lluvioso, no ha habido tanto movimiento, pero en cuanto arranque el tiempo seco, los fines de semana se irán a la casa familiar los fines de semana.
No os equivoquéis, que Radio Patio no es un medio aburrido, sólo con cultura e información del estado del tiempo. Hay mucha información de última hora, deportes —estoy al tanto de todos los goles y casigoles— dramas y culebrones. Eso sí, es la radio y si te despistas, te pierdes el desenlace. Así me ha pasado con el caso del amigo del nieto de mi vecina, que se golpeó en el patio mientras jugaba y lo tuvieron que llevar de urgencia al hospital. Qué angustia mientras la vecina hablaba por teléfono con su hija que transmitía en directo la evolución del herido.
Lo peor, sin duda, es el horario del culebrón. Lo han puesto a primerísima hora, sobre todo los fines de semana. No sabemos aún cómo terminará el matrimonio de esta historia, pero no va por buen camino vistas las voces e insultos que intercambian.
Menos mal que también tenemos muchos programas musicales. El que sale de la ventana de mi piso es, sin duda, el más moderno. Música de discoteca con letra entre español e inglés. Y, por supuesto, nunca faltan las llamadas del oyente: "¡Elena! A ver si me puedes quitar ese trapo de la cuerda que no puedo colgar desde este lado". "¿Va a llover?". "No lo sé. Yo estoy helada de fría. Estoy vestida, pero me voy a poner la bata, porque tengo un frío que no veas". "Pues esto lo tengo casi seco. ¿Quieres más cuerda?". "No". "No llueve, no, mujer. Dice que ya no iba llover. Voy a comer". "Vaya, se puso a llover". "Pero, tiéndelo, que te se seca luego".
Me despido, que Radio Patio me indica que la lavadora ya terminó el centrifugado y tengo que asegurarme que ha quedado bien porque luego todo se comenta…