1.8.09

Pasaron cinco años



En la avenida Artigas, algunas personas no podían este 1 de agosto contener el llanto. El telón de fondo eran las ruinas ennegrecidas del supermercado Ycuá Bolaños. Muchas manos alzaban los retratos de sus seres queridos. A las 11.20 horas del 1 de agosto de 2004, dos explosiones dieron lugar a un incendio en el comercio. Para impedir que los clientes aprovecharan el momento para llevarse productos sin pagar, el propietario, Juan Pío Paiva, ordenó a sus agentes de seguridad cerrar las puertas. Murieron 396 personas, de las que la mitad fueron niños, y hubo medio millar de heridos. Entre las víctimas hubo familias enteras y casos de niños que quedaron huérfanos. La 'justicia' paraguaya, cinco años después, no ha dictado todavía sentencia definitiva, aunque los anteriores fallos preliminares resultaron favorables a los dueños del establecimiento. El presunto culpable se ha marchado del país —está en Argentina— y existe riesgo de que el caso judicial quede anulado porque se ha superado el tiempo para juzgarlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De repente, se cae el halo de las medias lunas, la nostalgia del recital de Silvio, el ritmo de tu prosa... y se queda esa injusticia en carne viva de los que tienen la sartén por el mango.
Merche

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

"nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto" es un buen titulo para películas que nos sirven para expresar la cruel realidad de aquellos que algún dia creyeron en la justicia.
don dinero es el dueño y la vida no sirve nada si no se compra.
Julia