23.6.07

La puerta abierta

Penal García MorenoDesde el número 168 de la calle Rocafuerte, en la zona alta del centro histórico, el Penal García Moreno se asoma a Quito desde hace 136 años. Como no es posible superar la visión terrible, las autoridades apostaron por cambiar el nombre para ver si conseguían espantar los fantasmas. Ahora se llama Centro de Rehabilitación Social de Varones número 1, pero el contenido es el mismo. Las cárceles ecuatorianas, según datos reconocidos por el Gobierno, tienen a cerca de 16.000 prisioneros, cuando su capacidad es para la mitad, y del total, alrededor de 11.000 están todavía a la espera de sentencia.
Penal García MorenoAl llegar a la cárcel, la policía -guías penitenciarios les llaman aquí-, nos piden que nos descubramos el brazo izquierdo y colocan sendos sellos que nos identifican como 'visitas'. Vemos lo justo. Un par de corredores, el patio que actúa como distribuidor de los pabellones y el patio del B, en donde el Presidente firmará el decreto que declara en emergencia al sistema penitenciario.
Esperan doscientos, quizá trescientos reclusos, con algunos familiares porque es día de visita y las mujeres pueden pernoctar con sus compañeros. Detrás de los barrotes de las diminutas ventanas se ven algunas caras. Ellos no podrán bajar para escuchar al jefe del Estado.
Los presos, aquí, tienen sus representantes y comparten tarima con las altas autoridades, incluso ofrecen sus discursos, llenos de verdades y dramáticos, en ocasiones. Quizá, lo más duro, es cuando Christian Argudo, quizá 12 años de edad, toma el micrófono.
"Yo me llamo Christian Argudo. Mi mamá está presa en la cárcel del Inca desde hace dos años (el Presidente pierde su sonrisa). Mi hermanita y yo sufrimos mucho porque, sin haber hecho nada, nosotros también fuimos a la cárcel (los ojos se nos empañan a la mayor parte de los visitantes). Ahora soy feliz. Estoy en la fundación Jesús Divino Preso. Pero me da mucha tristeza de mis amigos que no tienen esta suerte (La cámara se aproxima al Presidente. Sus ojos, vidriosos, completamente enrojecidos, mientras parpadea para contener las lágrimas, como casi todos nosotros). Señor Presidente, le agradezco mucho por preocuparse por quienes están presos, por eso le dedico esta canción llamada 'La puerta abierta', así como usted está abriendo las puertas". Por mucho que se vea el vídeo, nadie nos quita la congoja.

5 comentarios:

estebandido dijo...

sin palabras

Anónimo dijo...

No adto para madres sensibles.
Nunca llegaremos a saber lo muy afortunados que somos y seguiremos toda la vida quejandonos.Julia

Anónimo dijo...

Hola José:
Hace mucho que no entraba a tu blog (me tendrás que perdonar), casi tanto como ha durado este segundo cuatrimestre. Ya termino. Por fin hay tiempo para otras ocupaciones, para charlar, para verse... Me dejo preocupado tu post de los "quiebres". Es una palabra que no conocía con ese significado que tú le das. Lo percibí duro, como si lo hubiera vivido en época reciente.
Cuídate. Hasta pronto. Tschichold

Anónimo dijo...

A mí no me la das. Los sellos son de una discoteca. Cuando estuve en la cárcel de allí a mí no me pusieron sellines. Como en todo, siempre ha habido clases, ya ves. Besos y Suerte, hermoso. La Marinera

Anónimo dijo...

Marinera, tienes que acercar más la vista y comprobarás que no es mentira lo que digo. La tinta que usan las discotecas se marcha más fácil ;)
Un abrazo para todas/os. Buen viaje, Julia.
Jose ;)