Puro levante

Dejo a Txema reunido en el apartamento de las magníficas vistas —panorámicas— sobre Asunción. Observese todo el manto verde hasta el río Paraguay y más allá. En realidad no es tan verde. Debajo de los árboles hay multitud de casas. Muchas son feas y están descuidadas, pero la vegetación permite imaginar una ciudad diferente cuando se mira desde la altura. El taxista me recoge frente al edificio. Vamos a la ManzanaT —bonito logo el de esta zona de bares—, en la calle Mariscal López, junto al 'shopping' del mismo nombre que esta trasitada avenida. El taxista tiene ganas de hablar. Creo que es porque me está dando media vuelta innecesaria para subir la cuenta 2.000 o 3.000 guaraníes más. Me dice que en la ManzanaT voy a ver muchas mujeres —no es cierto que sea nada extraordinario—. Le digo que no sé. Le veo venir. El primer taxista que tomé en mi vida en mi primer viaje fuera de España, en La Habana, también me ofreció chicas —además de advertirme groseramente sobre la poca fiabilidad (o peligrosidad) de los 'prietos' (negros)—. Los taxis se han habituado a incorporar este 'servicio' proxeneta como una más de sus prestaciones. El taxista vuelve a la carga. Me recomienda una suerte de discoteca que se llama 'Arena y café'. Está en Brasilia —la calle—, a la altura de España y, según me describe, es "puro levante". De esta manera expresa que "joder" —como él mismo dice., en una demostración de que conoce la jerga española— es tarea bien fácil. Incluso va un paso más allá y afirma que "coger" es sencillo porque las mujeres paraguayas no se hacen problema. Una copa y al asunto. Y mañana, si te he visto no me acuerdo.