19.7.09
Caldo de surubí
En Puente Remanso, los chiringuitos se asoman a un río Paraguay ancho casi como un mar. Venden platos de pescado y el surubí se prepara lo mismo en caldo que empanado —milanesa—, chupín o a la brasa, siempre acompañado por mandioca. La cocina está construida con tablas y se observa por la 'puerta' una olla negra en unas condiciones que no parecen del todo saludables. Los paraguayos están —injustificadamente— histéricos con la gripe A/N1H1 y no pocos utilizan alcohol en gel y hasta mascarillas, pero nadie se cuestiona la higiene en la comida. En 16 días, no ha dado tiempo a que mi estómago se acostumbre todavía a estos ritmos, como comprobaré un rato después del almuerzo. En la mesa de mi espalda, los comensales piden a tres músicos que interpreten la 'Polca liberal', mientras acompañan la canción con palmas. En Mariano Roque Alonso —MRA— es día de elecciones a intendente —alcaldía— y, como si el país no hubiera cambiado nada en un año, liberales y colorados se disputan el voto como si hubiera vida más allá de estos dos partidos. El proceso 'eleccionario' está lleno de mañas. En los alrededores de los colegios, se amontonan las camionetas y autobuses con los anagramas colorado y liberal en los que desplazan a los ciudadanos para que acudan a votar. El cacique del asentamiento maká acude al recinto con el celular en la mano y ordena a su grupo que se distribuya cada cual a la mesa que le corresponda. Nos cuentan que el cacique recibe 20.000 guaraníes —no lleva a tres euros— por cada elector y estos, a su vez, intentan conseguir algo a cambio, como 1.000 guaraníes —14 centímos de euro— o algo de regalo. No queda claro cómo comprueban que voten lo que se 'contrata'. En las mesas, los responsables parecen aburrirse como ostras, mientras charlan y matean a la espera del cierre de 'urnas' —bolsa de plástico, en este caso— a las 16.00 horas —abrieron a las 7.00—. El centro de MRA espera con relativa expectación los resultados pasadas las 17.00. Aseguran que está muy apretado y que apenas un 1% separa al candidato colorado del liberal, pero la 'polca colorada' no deja lugar a dudas. Por el característico empedrado en punta que destroza la suspensión de los 'carros', regresamos a Asunción. En Horna, debe hacer rato que terminó la chocolatada con pantortillas.
en 6:06 p. m.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Contaba Max Weber (ese ‘periodista lento’, que diría nuestro común amigo del Cantábrico oriental), en una carta a su madre fechada en 1897, lo siguiente de las elecciones en el País Vasco:
“En la práctica, la elección es un negocio de compra-venta. Para la de diputado a Cortes el voto cuesta 25 pts. (= 25 francos, actualmente sólo 13 marcos). Las papeletas de los partidos están impresas y cada una de ellas consta de dos talones separables: uno se le da al elector para que vote; emitido el sufragio, éste recibe el otro talón como pagaré cobrable de la caja del partido. Lo mismo sucede en las elecciones municipales. La capacidad tributaria del capital actúa como capacidad adquisitiva de voto: en lugar de impuestos, los pudientes pagan el soborno electoral”.
¡Dale correa, compañero!
He perdido el mensaje que te enviaba asi que intentare escribirlo de nuevo.
Te comentaba que en la epoca de mi abuela los caciques ya existian y que a ella le ofrecian un litro de aceite por el voto.para controlar si votaban o no al partido era tan sencillo como entregarles el voto a la entrada de los colegios electorales. Gracias a dios mi abuela nunca vendio sus pensamientos por el aceite y nunca se dejo encandilar pero vivir de pensamientos no alimenta el estomago que al fin y al cabo es el que pide por las mañanas.
Por cierto no te preocupes por las comidas que lo que no mata enorda y total a ti un kilito mas o menos no te molesta.
YA me he incorporado al curro pero sigo sin saber que tengo , sigo con las pruebas.
Nos vemos.
Julia
Literariamente (voy a ser pedante), la primera frase y la anteúltima son magistrales. Lo del medio, la vida, nada más y nada menos. Me ha recordado a El árbol de la ciencia. Qué bonito ese verbo "matear" y también, aunque no sea de aquí, ese llamar media luna a los croissant.
Merche
Publicar un comentario