28.8.09

El corredor de ralis

Lapachos floridos en la Plaza Uruguaya
Mientras los lapachos rosados anuncian la primavera en la plaza Uruguaya de Asunción, Julio me cuenta que nuestro 'anfitrión', don Chacho, es nieto del ex ministro de Relaciones Exteriores Tomás Benjamín Aceval, que jugó un papel clave en el final de la Guerra de la Triple Alianza (1864–1870). El conflicto en el que Brail, Uruguay y Argentina actuaron aliados, destrozó, una vez más, a Paraguay, aunque esta ocasión fue la más grave de su historia: cerca de un millón de muertos, lo que redujo la población a entre 200.000 y 400.000 habitantes en total, casi todos niños y mujeres. Las estadísticas de la época, confusas, no contaban a los indígenas. El busto que recibe a los inquilinos y visitantes en el recibidor retrata a aquel canciller cuyo nombre ha sobrevivido en el tiempo en una pequeña ciudad del chaqueño departamento de Presidente Hayes. Don Chaco arrastra los pies al caminar, pero tiene la voz firme para abroncar —casi cada día— a Juana y al resto de los —pocos— trabajadores de este hotel clandestino que es 'El lapacho'. La fuerza no le falta tampoco para pisar el acelerador de su Alfa Romeo164 TD— rojo, según compruebo mientras me acerca a mi cita con Álvaro en Eligio Ayala. Asegura Julio que don Chacho fue en tiempos corredor de ralis.
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Este jueves, días después de tomar la fotografía de la Plaza Uruguaya, las familias indígenas que ocupaban desde hace meses el lugar han abandonado el campamento de protesta. Se ha ganado una plaza y, confío, ha finalizado una situación inhumana.
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