El mismo día en que el Tungurahua decidió ponerse en nuevo en marcha, me esperaban en Quito para la fiesta de cumpleaños de Fransuá. Llegué cuatro horas tarde por culpa de la ceniza volcánica y de la compañía aérea, pero llegué a la casa de César, en donde todavía esperaba caliente la parilla para asar las chuletas. Eduardo, Ronald, Esteban, Byron, César, Jose, Pato, Majo, Mario, José Luis y la familia de la homenajeada… Fransuá me envía hoy las fotos con el mandato "espero las conserves". Por supuesto
28.8.06
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1 comentario:
Me alegro de que no todo sea trabajo. Aquí, lo mejor de la vuelta, ver a los amigos. Estuve ayer con Jesús, hablamos de ti para variar, también nos acordamos el miércoles por la noche, pues el grupo de Suomi incompleto (no estabas) se reunió. Este curso pasado hemos sido seguidores fieles del doctor House. Un abrazo de nuevo
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