Domingo. Alberto, de paso por Quito, espera en el departamento a Cecilia y a Sandra, con las que acabaremos almorzando conchas en la calle América. Hacia el trabajo, de camino a la Plaza Grande, el vendedor de helados prepara su máquina para atender a la multitud que recorre el centro histórico cada domingo. La bandera ondea -poco, por falta de viento- sobre el palacio de Carondelet. Parece que sopla algo más en la García Moreno, vistos los pendones de la fachada del hotel Majestic. Como cada domingo, hasta las 15:00 horas, las calles de la zona se convierten peatonales. En la plaza, sin carros, cientos de personas se entretienen con los comediantes, los predicadores y aspirantes a salvadores de la patria. En el cruce con la Mejía, el cartel advierte: "Vía cerrada".
23.9.07
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