La boda de la campaña

Fue la última semana de mayo cuando el pequeño Brian 'SinNombre' nos atendió en la playa de Casablanca. Nos movimos a Esmeraldas con la excusa de la campaña y aprovechamos para pasar unas horas junto al mar. Recuerdo el viaje en el carro de Álex y Majo que descartaba una nueva relación después de la complicada aventura anterior. La verdad es que todos —posiblemente hasta la propia Majo— sabíamos que Pato estaba decidido a conquistarla en esa oportunidad, pero todos coindíamos en que era imposible. Majo es mucho más joven que Pato y sus personalidades son totalmente distintas. El único punto de unión aparente era su gusto por el baile. Pato tonteaba tanto con Majo que reconozco que no le creí cuando, por la mañana, en su apartamento de Casablanca, me anunció, entre risas, que se habían comprometido. Pero los hechos confirmaron que era totalmente cierto. Había sido cuestión de muy pocas horas. No recuerdo bien, pero creo que en pocos días, ya en Quito, Pato volvió a contar, entre risas, que se casarían en diciembre. Por supuesto, tampoco les creí. Y ahora estoy aquí, en la madrugada del 10 de diciembre, en mi apartamento, de regreso del banquete en la zona del club hípico de Tumbaco tras la ostentosa boda religiosa, en la iglesia de San Gabriel, de Patricio Chávez y María José Punina… Qué les vaya bonito